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Saturday, November 5, 2011

REPORTE 4. LOS HORNOS DE HITLER por Olga Lengyel.

Hoy no leí mucho, pero con lo que leí imaginé la inhumanidad de las personas al leer el libro, y lo aterricé a la realidad, y creo que no hay mucha diferencia.

¿Se acuerdan de Osvath? En el reporte pasado, les platiqué que hizo que la esposa de Lengyel firmara los documentos en los que otorgaba los derechos de todas las propiedades, tanto de la casa como del hospital para dejar en libertad a su esposo. ¡Qué crueldad! Y tampoco le importó el bienestar de los hijos.

Pues en efecto, dejaron en libertad al Doctor Lengyel. Pero Osvath lo citó en su oficina, para hablar sobre el asunto. Le dijo al Doctor Lengyel que tenía que desalojar la casa y el hospital, y solamente le dio 3 días. Del hospital no podía sacar nada, ni siquiera una jeringa, de lo contrario sería acusado de robo. ¡Qué cinismo! Cometieron atrocidades peores y sólo por una jeringa acusan de robo, y todavía se sentían con el derecho de matar a la persona. Lo peor de todo, les dijo que se retiraran de las propiedades y que no comentaran nada, y si comentaban tenían que decir que habían vendido las propiedades, y si se llegaba a saber lo contrario, lo mataban.

A la señora se le encargó retirar todas las cosas de valor de la casa, y demás les dijo que tenían dos días para sacar a los "vejestorios" que estaban ahí dentro, refiriéndose al papá y al padrino de Olga. Ella se entristeció y trató de implorar que se quedasen en el hospital, pues si recuerdan, el padrino debía tener cuidados especiales porque estaba enfermo de cáncer, pero Osvath no accedió, y dijo: "... en estos días no hay lugar para sentimentalismos. Solamente un tonto no sacaría ventajas de las circunstancias."

¿Ven? Simplemente quería sacar ventaja por las circunstancias deplorables que se estaban viviendo. Lo peor de esto fue que Osvath había sido alumno del padrino de Olga, y ni por eso se compadeció del señor. El Doctor Lengyel estaba rabioso, pero tenía que controlarse porque en cualquier momento que perdiera los estribos, en ese mismo momento lo mataban.

Fueron afortunados en el sentido que el Doctor Hajnal aceptara que el padrino fuese trasladado a su hospital.Llegó el momento de ser trasladado, el Doctor Hajnal envió una ambulancia, pero aún no sabían qué decirle al Señor, pues el saber que sería reubicado en otro hospital, le entristecería demasiado. Acordaron en no decirle nada, para que no cayera en tristeza y preocupación. Cuando le dijeron que lo tenían que trasladar les dijo: "¿Están echándome fuera, queridos? Ustedes saben que no viviré mucho tiempo". Esto les dio más tristeza a los Lengyel y tuvieron que decirle la verdad, de esta manera el padrino comprendió la situación, aunque de cualquier manera se entristeció, pues el éxito de ese hospital lo habían logrado entre él y el Doctor Lengyel, y ahora venía otra persona a quitarles en un momento sus pertenencias.

Ese hospital tenía muchos recuerdos, era donde habían curado muchísimos pacientes, el Doctor Elfer (el padrino) y el Doctor Lengyel, trabajaron muy unidos, no se preocupaban por las finanzas de ese hospital, en muchas ocasiones curaban sin ningún costo, es más, ayudaban demasiado a las personas de bajos recursos. El Doctor Elfer no se preocupaba por el dinero, pues lo gastaba en libros para poder ayudar a la gente, compraba medicinas para poder regalárselas a las personas pobres, si era necesario viajar largas horas para atender a un paciente, lo hacía, contrataba servicios de taxi, sin importarle cuánto le cobraran, aunque a veces se encajaran. Con el tiempo, le compraron un carro con asiento trasero que se convierte en cama, para que durmiese en ella cuando tuviese que viajar a lugares muy lejanos. Pues esa cama la utilizaba para trasladar a pacientes graves, o incluso para practicar operaciones. ¡Qué muestra de solidaridad demostró el Doctor!

En estos tiempos, también hay personas que se aprovechan de de las malas rachas que pasan las personas para sacar provecho, pero también hay una que otra persona (muy pocas) que tienen un espíritu de humanismo y solidaridad con las personas. Y para reflexionar, ¿con quién nos identificamos, con el Doctor Elfer o con Osvath? Recordemos que ambos tenían la misma formación académica, pero ambos actuaron de diferente manera. Ahora, nosotros como Licenciados en Turismo, ¿cómo podríamos realizar acciones humanitarias y solidarias? Me gustaría que se sintieran libres para comentar sus ideas.

Zuriel Valencia

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